Si las sonrisas se subliman
a cada posterior segundo,
desprendiendo un nostálgico eco
resonante en el interior de las campanas.
Cada electrizante roce efímero,
abate tal ola de complacencia muros de privación
cuando en soledad se sorprende.
¿De dónde brotan tales fervores?
¿Será que se ocultan tras la luz de los ojos amantes
y contemplan tentadores desde decorosas palabras?
Firme anudamiento de zarcillos
que se entrelazan desean ser.
Cálido murmullo de las aves
con el despertar albino de la existencia resultan.
Etérea tibieza bajo la lluvia invernal.
Gocemos del tiempo de habitar en dos cuerpos,
idónea instancia para embelesarnos en la abstracción.
Elixir inmaculado del receptáculo de rosa,
atraído bajo divino embrujo
al umbral magno de su eterna correspondencia.
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