sábado, 8 de septiembre de 2012



"-Ahora es preciso que sacudas tu pereza,
me dijo el Maestro; que no se alcanza la fama
reclinado en blanda pluma, ni al abrigo de colchas;
y el que sin gloria consume su vida, deja en pos de sí mismo
el mismo vestigio que el humo en el aire o la espuma en el agua.
Ea, pues, levántate; domina la fatiga con el alma, que vence todos los obstáculos,
mientras no se envilece con la pesadez del cuerpo.

Levantéme entonces (...) y dije:
-Vamos, ya me siento fuerte y atrevido."




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