sábado, 17 de junio de 2017

Un lienzo y un camino.

Cuando cierro los ojos veo un universo de estrellas centelleantes en la oscuridad. Cada una es una piedra preciosa transmutándose en su propio fuego. Es un mundo en sí misma, donde todavía habita alguna versión de mí, de mi mente y mis sentimientos. Todavía paseo por esos bosques, me reconfortan las fragancias y el agua de sus cañadas es dulce en mi boca.

Hay noches, muchas, noches de todas las tonalidades, noches como ésta; en que mi pecho se abre exponiendo el corazón a esas luces. La brisa se vuelve ráfaga y las hojas del libro se regresan al pasado, entonces las realidades pueden fundirse y nos libramos del gran reloj de arena. Así mi alma fragmentada se reúne y encuentra sentido a sus huellas, y a este gran lienzo en blanco detrás de mis párpados. Pero nosotros sabemos que ese blanco no es más que ilusión, que este camino que se despliega frente a mí ya lo he recorrido muchas veces. Que incluso una de esas piedras centelleantes es un mapa exacto del misterioso recorrido por el que me guiará.

Es cuando mi corazón se desborda en resplandor y me tiemblan las manos de emoción que abro los ojos y el lienzo blanco aparece para mí. No es un desafío del Universo, es la oportunidad que necesito para fundir la realidad de mi alma con este mundo.

No es un misterio para nada, sé exactamente a dónde vamos.
Confía en mí...

lunes, 12 de junio de 2017

El ciclo sin fin.

He leído que si mientras estamos escribiendo queremos entender nuestra propia novela, de dónde surge, cuáles son sus piedras angulares, debemos fijarnos en aquellas historias que hemos oído, visto o leído y que guardamos profundamente en nuestro corazón.
Es decir, las historias que vibran con al menos un fragmento de nuestra alma.

 Mi novela, desde que escribí sus primeras palabras y hasta el día de hoy, es indudablemente un producto de mi percepción de las interacciones en el Universo. Cuando me inmiscuí en este intento de comprensión de ella en base a las distintas partes de mi esencia que se iban plasmando, tuve una revelación: que así como esos mundos paralelos se reconocían y mezclaban en mi mente para dar lugar a la historia que escribo; así también los distintos elementos que me han influenciado y formado parte de la narración de mi vida, se reconocían y mezclaban en mi esencia para dar como resultado la persona que soy hoy.

Solo tenemos una mente en la que todo confluye. Solo tenemos una vida en la que todo se expresa. El pasado y el futuro existen en esas construcciones mentales que creamos...  También el presente.
Somos libres de elegir los pasos que damos, aunque muchas veces nos damos cuenta después que la corriente nos ha arrastrado lejos. No importa, cualquier paso es el primer paso.


Una vez hace varios años lo supe, y comencé a escribir este blog.
Hoy lo recordé y vuelvo a escribir... Aunque nunca dejé de hacerlo.